Canción de cuna
(Dedicada a mi nieto Salvador)
Duerme mi niño,
duerme en tu cuna,
duerme que yo te canto,
te está mirando la luna.
Luna lunera,
mi niño se está durmiendo,
que los luceros del cielo
guarden silencio.
Duerme mi niño,
que yo velaré tu sueño,
el murmullo de la fuente
quedó prendido en el viento.
La abuela te está mirando
la dulzura de tu cara,
y tu me miras callado
con inocencia en tu alma.
Tus ojos de verde luna,
tus manos de azúcar blanco,
tu boca de pan de leche,
tu pelo trigo dorado.
Mi niño se está durmiendo,
silencio, todos callados,
los pájaros de la plaza,
las nubes sobre el tejado.
La abuela le está cantando,
mi niño se está durmiendo,
guarden silencio.
La hoja voladora
Una hoja que en otoño
se desprende de su árbol
empujada por el viento
se desplaza por el aire.
Gira y gira dando vueltas
gozando de libertad
el aire sigue empujando
y no sabe donde va
Mira en todas direcciones
y parece sorprendida
el mundo es mucho más grande
que desde el árbol veía
Hay árboles diferentes
al árbol en que vivía
y otras cosas muy raras
que no había visto en su vida.
Hay una casa grande
allá abajo, en la paradera,
pintada de blanco y rojo
y humo en la chimenea.
Un caballo que trota
por una blanca vereda
a cuatro patas, ligero,
arrastrando una carreta.
Ve un lago cristalino
donde nadan unos patos
y una barca de madera,
lentamente, navegando.
Se cruza con unos patos
que vuelan en formación,
van buscando nueva casa
al cambio de la estación.
El viento ha cesado,
ya cae desde arriba,
se posa en la hierba
junto a sus amigas.
Mª LOURDES GARCÍA JIMÉNEZ
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