Te vi en el
anaquel
de la
juguetería.
Eras de
madera
adornada de
flores.
Y encima de
ti,
con rayas
pintadas,
dos
miniaturas
me miraban
fijo.
- ¿Qué es
esto?
Nunca vi
nada igual -
El
juguetero te alzó y en tu vientre,
dio vueltas
a una llavecita
Una, dos,
tres vueltas
y se hizo
la música
con
movimiento y compás.
Cajita de
música
con pista
que gira.
Pequeñas
abejas
que bailan
al son.
- No puedo
creerlo.
¡Esto es
magia pura! -
Me brotan
las lágrimas
al mirar tu
andar.
¡Dulce artesanía
que alegra
mis tardes,
suave
melodía
para mi
vejez!
ANY CARMONA
Lindos versos, como de costumbre, Ana.
ResponderEliminarBesos
Manolo