El libro es nuestro amigo

El libro es nuestro amigo
El libro es nuestro amigo. Cuando un niño o un adolescente leen tiene la posibilidad de asomarse a mundos inusitados

El valor de las letras

Cuando un niño o un adolescente lee, vuela con su imaginación al infinito. Las letras nos hacen cabalgar sobre mundos extraordinarios, ser princesas entre castillos de ensueño, héroes salvadores de la humanidad o alegres saltamontes rodeados de mariposas y ráfagas de brisas primaverales. Podemos elevarnos con la quilla de algún barco pirata, saltar de una nave hacia el espacio sideral o cruzar la puerta de la realidad hacia sitios fantásticos. La literatura es magia para nuestra primera infancia tanto como aventura en la adolescencia o pasión en la juventud. Los cuentos, poemas y relatos son las alas del alma.

¡Como Alicia en el País de las Maravillas...pasemos juntos del otro lado!


Any Carmona

viernes, 13 de agosto de 2010

BLANCA, NIEVE Y SUS AMIGOS por Any Carmona - (Para niños desde 6 años)

Capítulo III: Amor gatuno


Nieve y Jerónimo se hicieron muy amigos y a medida que pasaban los días sentían más cariño uno por el otro. Tanto fue así que pronto Blanca advirtió que estaban enamorados.
- Estas enamorada del maestro, ¿verdad, Nieve? – le dijo a su mascota.
- Miaaaaaaaaaaau – contestó la gatita, asintiendo con la cabecita
- ¿Y él qué dice… siente lo mismo por ti?
- Miau, miau - dijo Nieve en son de afirmación.
- Pues bien, yo los ayudaré – contestó la niña muy resuelta.
En la clase siguiente cuando Jerónimo abrió el libro de cuentos que estaban leyendo, encontró una nota llena de corazoncitos que decía “ El sol sale cuando te veo…Nieve” Jerónimo la leyó varias veces y luego se acercó a Nieve y le dio un beso gatuno, quedando así sellado el comienzo de su pareja. Todos rieron y aplaudieron de alegría.


Pasó el verano, terminó el ciclo lectivo de la escuelita de Las Costas y los amigos debían separarse. Pero no querían hacerlo ya que un gran afecto y complicidad había nacido entre todos. ¿Qué harían, cómo lograrían permanecer juntos?
Para decidirlo el maestro convocó a reunión general y se juntaron todos sobre el banco frente a la laguna.
- Ha culminado el verano y ya se avecina el triste otoño en el que los árboles pierden sus hojas y todo se hace amarillo. Luego llegará el frío invierno en el que cada uno de ustedes deberá pensar en la mejor forma de afrontarlo. Guarecerse de la nieve, aprender a andar en el hielo, abrigarse mucho…y todas esas cosas…¿Cómo haremos para seguir juntos queridos amigos?
- Tú y yo nos casaremos y nos iremos a vivir a la casa de Blanca. Cecilia, su mamá, ya dio el consentimiento – contestó Nieve a Jerónimo.
- ¡Pues me parece una gran propuesta! –dijo Jerónimo - ¡Acepto!
- Los patitos ya convencieron a su mamá-pata para que los lleve a vivir a nuestro estanque – agregó Blanca.
- Nosotros volaremos todas las tardes a verlos - dijo el matrimonio de palomas Pablo y Oma.
- ¡Muy bien, todo solucionado entonces! – gritó Blanca muy feliz.
- ¡Bravo! – corearon todos y pusieron patitas, alitas y manitos en una pila de amistad en el centro de la rueda que habían formado, dando por terminado el encuentro. Así, Blanca, Nieve y sus amigos seguirían unidos para siempre…
Pasaron los días y llegó el momento de la boda. Nieve y Jerónimo se casaron en una ceremonia organizada por las palomas debajo del gran lapacho. Estaban todos presentes y cada uno les entregó un regalo. Todas las palomas del palomar les hicieron un gran desfile en el cielo para homenajearlos, los patos de la laguna les cantaron la marcha nupcial y Blanquita les hizo un festín de alimentos balanceados para gatos finos. Don Ramón y su señora Susana acomodaron el lugar esparciendo flores por el piso y guirnaldas de ramas de pino que colgaron entre los árboles. Y Cecilia, la madre de Blanca, coció una alfombra colorada muy larga hasta la salida de la propiedad. Por allí caminaron Nieve y Jerónimo tomados de sus colas y se dirigieron despacito hacia su nueva vida.
Luego la mamá de Blanca los llevó en su coche a vivir en su casa donde ya los esperaban con una cucha hecha en una gran canasta de mimbre muy calentita y acolchadita. Fue el comienzo de grandes aventuras.
Esa noche de Luna de miel, Nieve y Jerónimo salieron a saludar a la luna, su gran amiga. Maullaron y conversaron con ella.
“¿Hola Lunita, estás contenta? Nosotros sí lo estamos porque ahora formaremos una familia. Viviremos en este hogar y tendremos muchos gatitos…¿Estás feliz como lo estamos nosotros, Lunita- lunera?”

Y la luna desde lo alto, les guiñó un ojo.

(Continuará)

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