Fuimos a Sudáfrica,
bañados en esperanzas,
liderados por el rey
que nos prometió reinar.
Con equipo de talentos
nos hicimos a la cancha
y en los primeros partidos
los vimos descollar.
¡Argentina, Argentina!
Gritaban los nenes a coro.
Con banderas albicelestes
festejaban de alegría.
Esta vez sí que ganamos
- decían en la escuela -
este Mundial lo sumamos
porque tenemos al capo.
Pero el héroe de bronce
pronto se hizo de barro
y como hombre con errores,
bajó de su pedestal.
Los próceres son humanos.
Tienen alma como todos.
No son para nada perfectos,
sino que tienen defectos.
¡Bravo, bravo argentinos!
Lo bueno es que competimos
y de la mano de los sueños,
la próxima vez jugaremos.
ANY CARMONA
No hay comentarios:
Publicar un comentario