Aquella nariz viva y humeante anunció en la distancia su llegada. La llegada del monstruo amigo que mostraba, orgulloso, su centenaria fecha de nacimiento. El tren, lento y pesado, pareció surgir del último rincón de la montaña. Desde la sima del recuerdo la veterana máquina exhalaba un cierto tufillo a abuelo socarrón. Su evocador silbido anunció, desafiante, la arribada. El corazón de mi vieja maleta palpitaba al compás de su rítmica canción. ¡Qué de nostalgias brotaron a borbotones entre sus rancias maderas!
MANUEL CUBERO URBANO
¡Bello relato corto!... y, como tú dices, lleno de nostalgias. Me encantó...Gracias...Any
ResponderEliminar