Estaba la
mandarina
rodando
sobre la mesa.
Tenía una
cáscara fina
como una
capa de princesa.
Ella sí que
era engañosa
como una
buena mandarina,
por fuera
de ácido picante
y por
dentro dulce y mimosa.
Rueda,
rueda mandarina
y conviértete
en mermelada.
Le diré a
un hada madrina
que
cambie tu fachada.
Te quiero
dulce, te quiero fina
como una
buena mandarina.
ANY CARMONA
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