El libro es nuestro amigo

El libro es nuestro amigo
El libro es nuestro amigo. Cuando un niño o un adolescente leen tiene la posibilidad de asomarse a mundos inusitados

El valor de las letras

Cuando un niño o un adolescente lee, vuela con su imaginación al infinito. Las letras nos hacen cabalgar sobre mundos extraordinarios, ser princesas entre castillos de ensueño, héroes salvadores de la humanidad o alegres saltamontes rodeados de mariposas y ráfagas de brisas primaverales. Podemos elevarnos con la quilla de algún barco pirata, saltar de una nave hacia el espacio sideral o cruzar la puerta de la realidad hacia sitios fantásticos. La literatura es magia para nuestra primera infancia tanto como aventura en la adolescencia o pasión en la juventud. Los cuentos, poemas y relatos son las alas del alma.

¡Como Alicia en el País de las Maravillas...pasemos juntos del otro lado!


Any Carmona

domingo, 5 de septiembre de 2010

BLANCA, NIEVE Y SUS AMIGOS por Any Carmona - (Para niños desde 6 años)

Capítulo V: La búsqueda

Sin pérdida de tiempo, el gato Jerónimo organizó la búsqueda. Llamó a todos los gatos del vecindario y en reunión general, les contó lo sucedido con su pequeña Pelusa.
- No podemos esperar ni un minuto más, hay que salir a buscarla – dijo parado en medio del grupo.
- Sí, hagamos un plan. A mí me parece que tenemos que dividirnos. Salir de a dos, por los diversos caminos– acotó un gato negro.
- Muy bien, amigos…Si todos están de acuerdo… ¡Vamos! – gritó Jerónimo.
Y todos los gatos se dirigieron hacia los diferentes puntos cardinales a buscar a la gatita perdida.


En la casa se quedaron Mota y Leoni a cuidado del perro Joel quien se comprometió a entretenerlos mientras no estuvieran sus padres
- ¡Uf!...esto de quedarme a cuidar niños no es lo mío pero, en fin…¿qué más puedo hacer? – gruñó mientras miraba alejarse a todos los gatos hacia la difícil misión.
- ¿Se portarán bien peques? …No salgan del corralito y jueguen con sus juguetes, ya verán que muy pronto vendrá de vuelta mamá – dijo Joel para consolarlos.
Era un perro bueno al que todos querían, a pesar de ser molestoso y gruñón.
- ¡Ja, ja! – rieron los gatitos y se quedaron jugando en el jardín.

- ¡Adiós, Mamá!
- ¡Adiós niños, pórtense bien!
- ¡Guau, guau! Ve tranquila que los cuidaré como el mejor felino – dijo Joel con gran seriedad - ¡Suerte!
Nieve se despidió de sus hijitos. Estaba muy preocupada, tanto por dejar a sus bebés a cuidado del perro como por su gatita extraviada desde el día anterior. Pero partió raudamente y sin chistar, trepando por la colina en compañía del gran gato Negro, con quien le había tocado salir de expedición.
- Haz memoria, Nieve, seguro que tu hija siempre te decía a qué lugar le gustaría ir, vamos trata de recordar – le decía su compañero.
- No recuerdo, nunca me dijo nada. No se dónde puede estar.
- Pero piensa ¿Qué era lo que más le llamaba la atención?
- ¿La atención?...bueno…el arroyo…sí, el agua… le gustaba el ruido que venía del arroyo, eso…¡seguro que se fue para allá! – dijo la gata muy contenta.















Así fue como Nieve y el gran gato negro llegaron al arroyo y buscaron en cada recoveco, en cada gruta, en cada hueco que hubiera. Saltaron por los aledaños, levantaron piedras, recorrieron las orillas del arroyo, hasta que por fin la encontraron durmiendo muy tranquilita en el fondo de un pozuelo. Era un lugar muy cómodo y sin peligro alguno.
-Pelusa, pequeña, aquí estás – dijo la mamá - Al fin te encontramos, despierta que vamos a casa.

Justo en ese momento vieron llegar a Jerónimo que venía corriendo para unirse a ellos.
-¡Al fin, niña, traviesa!... ¡Qué susto nos has dado!- gritó el papá-gato.
- ¡Papi, Mami!...¡Sabía que vendrían a rescatarme!...¡Cómo los extrañé! - dijo la gatita desperezándose.
A partir de entonces se hizo mucho más prudente pues aprendió que hay que hacer caso a los papis y ser muy cuidadosos cuando de seguridad se trata.
Y regresaron los cuatro de vuelta al hogar.
¡Qué día y que noche! y…¡qué aventura vivió la traviesa Pelusa!

(Continuará)

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