El cielo está muy negro,
salpicado de puntos blancos.
La luna está sonriente
empolvada de luz brillante.
Bebés adormecidos
en sus calientes cunitas,
chupetes de golosina,
manitos de muselina.
Así es la noche infantil
desperezada y quieta.
Con seguros y mamaderas
en los barrios de Babel.
Noche de paz,
noche de dulces sueños,
prometedores futuros
en decorados de papel.
Pero en las orillas bajas
hay pequeños friolentos
de pancitas muy hinchadas
y piecitos de carbón.
Negritos como la noche,
dormidos en larga espera.
Pulgarcitos en almendras
que no podrán florecer.
La luna los mira triste
cierra sus ojos de maga.
La noche recién despierta
y las estrellas molestas.
¿Qué puede hacer el Cielo
para repartir riqueza?
¿Cómo no desviar su mirada
al océano de la nada?
Bastará con la justicia,
el amor, la valentía.
El trabajo caritativo
sin indiferencia ni olvido.
Y si ves a todos los astros
titilando en el firmamento,
son sus ojos que abren y cierran
complacidos y contentos.
¡Noche de Paz,
noche de Amor!
ANY CARMONA
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