El libro es nuestro amigo

El libro es nuestro amigo
El libro es nuestro amigo. Cuando un niño o un adolescente leen tiene la posibilidad de asomarse a mundos inusitados

El valor de las letras

Cuando un niño o un adolescente lee, vuela con su imaginación al infinito. Las letras nos hacen cabalgar sobre mundos extraordinarios, ser princesas entre castillos de ensueño, héroes salvadores de la humanidad o alegres saltamontes rodeados de mariposas y ráfagas de brisas primaverales. Podemos elevarnos con la quilla de algún barco pirata, saltar de una nave hacia el espacio sideral o cruzar la puerta de la realidad hacia sitios fantásticos. La literatura es magia para nuestra primera infancia tanto como aventura en la adolescencia o pasión en la juventud. Los cuentos, poemas y relatos son las alas del alma.

¡Como Alicia en el País de las Maravillas...pasemos juntos del otro lado!


Any Carmona

miércoles, 30 de junio de 2010

LA HOJA VOLADORA por Loudes García Jiménez
















Una hoja que en otoño
se desprende de su árbol
empujada por el viento
se desplaza por el aire.


Gira y gira dando vueltas
gozando de libertad
el aire sigue empujando
y no sabe donde va


Mira en todas direcciones
y parece sorprendida
el mundo es mucho más grande
que desde el árbol veía


Hay árboles diferentes
al árbol en que vivía
y otras cosas muy raras
que no había visto en su vida.


Hay una casa grande
allá abajo, en la paradera,
pintada de blanco y rojo
y humo en la chimenea.


Un caballo que trota
por una blanca vereda
a cuatro patas, ligero,
arrastrando una carreta.


Ve un lago cristalino
donde nadan unos patos
y una barca de madera,
lentamente, navegando.


Se cruza con unos patos
que vuelan en formación,
van buscando nueva casa
al cambio de la estación.


El viento ha cesado,
ya cae desde arriba,
se posa en la hierba
junto a sus amigas.


MARÍA LOURDES GARCÍA JIMÉNEZ

CANCIÓN DE CUNA (a mi nieto Salvador) por Lourdes García Jiménez















Duerme mi niño,
duerme en tu cuna,
duerme que yo te canto,
te está mirando la luna.
Luna lunera,
mi niño se está durmiendo,
que los luceros del cielo
guarden silencio.
Duerme mi niño,
que yo velaré tu sueño,
el murmullo de la fuente
quedó prendido en el viento.
La abuela te está mirando
la dulzura de tu cara,
y tu me miras callado
con inocencia en tu alma.
Tus ojos de verde luna,
tus manos de azúcar blanco,
tu boca de pan de leche,
tu pelo trigo dorado.
Mi niño se está durmiendo,
silencio, todos callados,
los pájaros de la plaza,
las nubes sobre el tejado.
La abuela le está cantando,
mi niño se está durmiendo,
que los luceros del cielo
guarden silencio.



MARÍA LOURDES GARCÍA JIMÉNEZ

martes, 29 de junio de 2010

POTRI Y TOFI por Any Carmona - Cap VI: Amistades verdaderas (4- 8 años)

Regresaron a casa y todo volvió a la vida normal. Siguieron entrenando para el próximo año, siempre con dedicación y ganas de superarse. La vaca Verónica siguió cuidándolos con su tibia leche y el perro Guardián los hacía reír con sus chistes. Hernán, el padre de Tofi continuaba gruñendo por casi todo y en cada momento. Ya no lo escuchaban porque era “pura espuma” y nunca cumplía con sus amenazas…


Un día aconteció un hecho que cambió para siempre la vida de la cabaña: Hernán se casó con una linda señorita del pueblo llamada Celia quien vino a vivir con ellos. Era el fin del invierno y ya la primavera comenzaba a dar sus primeros verdes brotes sobre las ramas de los árboles que rodeaban el terreno. Se anticipaba la llegada de las golondrinas que venían del norte.
- ¡Viene, ya viene Celia… Y trae un enorme equipaje! – Ladró el perro Guardián que se había subido a la colina del ala oeste para divisar la llegada de los novios en su flamante camioneta.
- ¡Ya vienen, ya llegan! - Mugió a viva voz Verónica desde el corral, muy preocupada porque no sabía si lograría abastecer de leche a la casa ahora que venían más habitantes.
Tofi tomó de las riendas a Potri y lo arrastró hacia el portón de entrada. Melena, la yegua blanca, los seguía de cerca. Llegaron a la cima, observaron cómo se acercaba una camioneta blanca tirando un furgón por detrás. Los vieron acercarse y doblar la curva final que desembocaba en la casa. El amo Hernán se bajó primero riendo a más no poder “¿Hernán riendo?” Pensó Potri…Luego bajó ella, la esposa, una mujer joven vestida de blanco y una tercera persona, una niña muy linda que venía vestida con ropa de montar.

- ¡Tofi, Tofi! – Gritó el papá.
- ¡Tofi, amigo! – Gritó la niña – Soy María Rosa, ¡Hola!
Por el camino bordeado de eucaliptos venía Tofi cabalgando sobre Potri, Melena al trote y Guardián por detrás.
- ¡Hola!... ¿qué haces aquí Niña? – Dijo Tofi bajando de su potrillo y extendiendo un beso a su amiga.
- Soy la hija de Celia, vengo a vivir con ustedes y, lo mejor de todo… ¡traigo conmigo a Pili!... quien no ve las horas de salir del furgón – ¡Ja, ja, ja, ja! Creo que nos divertiremos mucho acá…¿Verdad?

Así fue como se formó una gran familia: Hernán y Celia y sus hijos Tofi y María Rosa con sus dos mascotas que eran los mejores caballos de salto de Lago Puelo. Desde entonces, el potrillo bayo Potri y la potranca baya Pili fueron una verdadera leyenda en esas comarcas. Hernán no volvió a ser un gruñón y todos aprendieron a vivir en armonía con el esfuerzo y la alegría de todos los días


FIN

domingo, 27 de junio de 2010

para el blog, ahi va Anita...EL PAÍS "PURA MIEL"(Para niños de 3 a 7 años)


El país "Pura miel"

Serafina la pata, era glotonaza pero de los huevos de otras patas, sus paisanas del país "Puramiel" donde cómodamente viven patos y patos, tienen una laguna rodeada de árboles y juncos, en ella ellos hacen acrobacias y meten su pico para comer pececillos. Ahí abundan semillas y granos, que es su exquisito alimento.

Serafina es terrible, no puede con su obsesión de acercarse con sigilo a los nidos de sus paisanas y cuando no la observan o ellas abandonan el nido ¡zas! se traga el huevo preciado.

Es hermosa también, quizás la más hermosa de todas las patas de este país. Su buche adquiere un color amarillo pura yema, justo cuando comete este delito patuno. Ella nunca ha colocado un huevo y ya tiene cuatro años, es digamos una joven alegre, juguetona, despreocupada y a la laguna se acerca para nadar y lavarse su pechuga que está sucia y pegajosa. Sus paisanas no la quieren, pero a ella le da lo mismo.

Un día, al quinto año de nacimiento de Serafina apodada también "Purísima Buche" se le acerca un pato de pico negro y cola negra, pies bien anaranjados y de ojos cautivadores, color caramelo rojizo, llamado Hubás.

El la sigue va detrás y detrás. No la deja. Persiste. Cuando se va la laguna, él se tira y hace muchas gracias, mete y saca su cabecita, se zambulle y hasta juega con una pelota, que alguien la dejó. Ella lo mira.
Serafina abandona la laguna para ir tras los nidos de sus compañeras y él con su voz persuasiva la acompaña, diciéndole : - No lo hagas ya, deja nacer a los patitos, no seas mala. Contrólate criatura.

A Serafina le empieza a gustar Hubás, le atrae su mirada, sus ojos y esos pies palmeados tan bien torneados. Su andar pausado y seductor. Este encantamiento la cura de comerse los huevitos.

Luego un día de marzo construyen su nido, cerca a los juncales y luego de 28 días nacen cinco patitos, uno de ellos es "Feo". A todos doña "Purísima Buche" los cuida con su abrigo y Hubás también los envuelve con sus grandes alas, hasta que por sí solos ya cubiertos de plumas emprenden una nueva historia. "Feo" es el último en abandonar la tutela paterna y materna porque fue el más delicado.

Hoy andan algunos en el país "Pura miel" gozan de su dicha y lejos de los cazadores. Y "Feo" ha emigrado a una alfúfera donde abunda la magia.


Julia del Prado Morales

martes, 15 de junio de 2010

EL CAZADOR * (Para niños y jóvenes desde 10 años)

Apostado tras la esquina, aquella tarde había elegido mis mejores galas: chaqueta oscura, pantalón gris, recién salido de la peluquería... Estaba dispuesto a vender cara mi reputación. Cualquiera que hubiese pasado por allí me hubiese confundido con un señor que se dirigía a una ceremonia oficial, boda, bautizo o similar. Sólo la presencia de una elegante cartera de piel de diseño exclusivo rompía aquella estampa de invitado.
Pero no, no era tal la misión en aquellos momentos vitales de mi futuro laboral. Ocultos bajo la chaqueta llevaba unos pequeños prismáticos con el fin de poder identificar a los paseantes a la mayor distancia posible. En la cartera, dispuestos para una eventual y rápida situación de emergencia, asomaban unos impresos multicopiables y un par de folletos a todo color. En el fondo, unas chucherías de diversos colores y sabores con el fin de poder vencer las posibles resistencias de los jóvenes inocentes que cayesen bajo mi zona de control.
Una preciosa chiquilla de unos doce años se aproximaba, inocente, a mis dominios. Miré a uno y otro lado, la zona estaba totalmente despejada. Sin lugar a dudas podría actuar impunemente en mi intención de capturar a aquella tierna criatura.
Pero no, otra vez, no. Una mano se posó en mi hombro. Al volverme, sólo pude distinguir la sonrisa irónica de mi más temido enemigo: el Director de un colegio vecino. El odio estuvo a punto de cegarme. No tenía ojos más que para aquella sonrisa. Las ganas de destrozar esa bocaza eran superiores a mi voluntad.
-Es pieza no te corresponde- fue su frase, lacónica y precisa.
Se alejó calle abajo y me vi condenado a ver cómo la niña pasaba ante mí con total impunidad.

Después de tres o cuatro tentativas, conseguí entablar conversación con dos niños y una pequeña. A esas alturas de mi excitación, ya no me fijaba ni en el sexo de la posible víctima ni en sus posibilidades económicas y, con visos de éxito, hasta les endosé algunos de aquellos panfletos tras conseguir reunir sus datos personales arrancándoles su firma y la promesa de venir a mis lugares de dominio...
Cinco fueron las víctimas que conseguí capturar tras una ardua tarde de vigilancia y acoso.
Al llegar a mi despacho, la Jefa de Estudios se limitó lacónicamente a decirme:
-Lo siento por ti, Manolo. Ha venido la policía preguntando por ti... ni con su ayuda conseguimos alumnos en el barrio. Ya no quedan niños. Nuestro colegio se cierra.

MANUEL CUBERO URBANO (España)

* De la ANTOLOGÍA EÑE, 2002

 

lunes, 14 de junio de 2010

La sal del mar *
















Si todos los ríos son dulces
de dónde saca sal el mar?
Pablo Neruda


El mar guarda en su seno
el más inefable misterio.
Es cause y reservorio de toda
riqueza viva.
Clave de sus enormes enigmas,
es la sal de sus venas
porque con ella preserva,
su eternidad.
El mar sabe que sus olas
cual sabio manto creador,
son las que estuvieron presentes
cuando todo comenzó.
La dulzura de sus hijos
los ríos que en él desaguan,
sucumbe ante su bravura,
se rinde a su majestad.
Océano saleroso,
lleva consigo respuestas
por contener espuma,
sal y arena puras
y sus aguas transparentes
como pruebas de verdad.
La sal de la vida
es la esencia del mar.


ANY CARMONA
* Del libro Neruda y yo 

Luna - lunera*

 














Quién puede convencer al mar
para que sea razonable?
Pablo Neruda


Es la Luna-lunera quien hace guiños al Mar.
La marea va subiendo mientras él sus penas llora.
La Luna cascabelera al océano enamora
y es ella la que imprime su pasión de pleamar.
Calma de la bahía surcada de gaviotas.
Golfo apacible, cuna de las ballenas.
O furia de tormentas y bravura en el peñasco,
contradicción y locura de incomparable vigor.
¿Podrá la Luna sensual cual cómplice compañera,
poner en razones al Mar?


ANY CARMONA
* Del libro Neruda y yo

El Principito por Antoine de Saint Exuperí - Capítulo II (Para niños y jóvenes desde 10 años)

Viví así, solo, nadie con quien poder hablar verdaderamente, hasta cuando hace seis años tuve una avería en el desierto de Sahara. Algo se había estropeado en el motor. Como no llevaba conmigo ni mecánico ni pasajero alguno, me dispuse a realizar, yo solo, una reparación difícil. Era para mí una cuestión de vida o muerte, pues apenas tenía agua de beber para ocho días.



La primera noche me dormí sobre la arena, a unas mil millas de distancia del lugar habitado más próximo. Estaba más aislado que un náufrago en una balsa en medio del océano. Imagínense, pues, mi sorpresa cuando al amanecer me despertó una extraña vocecita que decía:

- ¡Por favor... píntame un cordero!
-¿Eh?
-¡Píntame un cordero!

Me puse en pie de un salto como herido por el rayo. Me froté los ojos. Miré a mi alrededor. Vi a un extraordinario muchachito que me miraba gravemente. Ahí tienen el mejor retrato que más tarde logré hacer de él, aunque mi dibujo, ciertamente es menos encantador que el modelo. Pero no es mía la culpa. Las personas mayores me desanimaron de mi carrera de pintor a la edad de seis años y no había aprendido a dibujar otra cosa que boas cerradas y boas abiertas.
Miré, pues, aquella aparición con los ojos redondos de admiración. No hay que olvidar que me encontraba a unas mil millas de distancia del lugar habitado más próximo. Y ahora bien, el muchachito no me parecía ni perdido, ni muerto de cansancio, de hambre, de sed o de miedo. No tenía en absoluto la apariencia de un niño perdido en el desierto, a mil millas de distancia del lugar habitado más próximo. Cuando logré, por fin, articular palabra, le dije:
- Pero… ¿qué haces tú por aquí?
Y él respondió entonces, suavemente, como algo muy importante:
-¡Por favor… píntame un cordero!
Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer. Por absurdo que aquello me pareciera, a mil millas de distancia de todo lugar habitado y en peligro de muerte, saqué de mi bolsillo una hoja de papel y una pluma fuente. Recordé que yo había estudiado especialmente geografía, historia, cálculo y gramática y le dije al muchachito (ya un poco malhumorado), que no sabía dibujar.
- No importa - me respondió-, píntame un cordero!
Como nunca había dibujado un cordero, rehice para él uno de los dos únicos dibujos que yo era capaz de realizar: el de la serpiente boa cerrada. Y quedé estupefacto cuando oí decir al hombrecito:
- ¡No, no! Yo no quiero un elefante en una serpiente. La serpiente es muy peligrosa y el elefante ocupa mucho sitio. En mi tierra es todo muy pequeño. Necesito un cordero. Píntame un cordero. Dibujé un cordero. Lo miró atentamente y dijo:
-¡No! Este está ya muy enfermo. Haz otro.
Volví a dibujar.
Mi amigo sonrió dulcemente, con indulgencia.
-¿Ves? Esto no es un cordero, es un carnero. Tiene cuernos…
Rehice nuevamente mi dibujo: fue rechazado igual que los anteriores.
-Este es demasiado viejo. Quiero un cordero que viva mucho tiempo.
Falto ya de paciencia y deseoso de comenzar a desmontar el motor, garrapateé rápidamente este dibujo, se lo enseñé, y le agregué:
-Esta es la caja. El cordero que quieres está adentro. Con gran sorpresa mía el rostro de mi joven juez se iluminó:
-¡Así es como yo lo quería! ¿Crees que sea necesario mucha hierba para este cordero?
-¿Por qué?
-Porque en mi tierra es todo tan pequeño…
Se inclinó hacia el dibujo y exclamó:
-¡Bueno, no tan pequeño…! Está dormido…
Y así fue como conocí al principito.

jueves, 10 de junio de 2010

Bruma e Irupe (4-10 años)


De tarde es y Verana, la potranca blanca está echada en la pradera, se echó a descansar después de haber dado un largo paseo con Joaquín, su amo y su novio Arete, el bello caballo negro.
Arete la contempla y Joaquín le soba su pancita para que haga su siesta. Ella se adormece y se queda dormida. Arete se le acerca, baja sus patas y le roza con el hocico para cantarle una canción de amor.
Verana sueña con unos potrillos, que la acompañarán en otros paseos por esa pradera verde y rica, que comerán juntos el heno y ella con Arete le enseñarán a jugar. Joaquín, su joven amo no se queda atrás les inventará cuentos para sus hijitos. Así Verana sueña y sueña. Luego de esos sueños adorables se despierta, estira sus patas, abre sus ojos, ve a su amo que la cuida y a su querido Arete.
Se levanta, Joaquín se sube en el lomo de Arete y con una soga jala a Verana. Los tres antes de irse a casa, primero van donde el buen doctor. Joaquín quiere una opinión sobre Verana, le preocupa que haya dormido tanto.
Ya están en el consultorio, el buen doctor revisa a Verana, le hace unos exámenes de sangre. Aparentemente todo está bien.
Se van a su casa, a la caballeriza. Al otro día el buen doctor visita a Joaquín y le da la noticia: - Verana espera a sus potrillos. Arete muestra una sonrisa parecida a la de Mister Ed, aquel caballo artista que actúo hace buen tiempo en una serie televisiva. Joaquín está contento, acaricia a la potranca. A Verana se le engríe con vitaminas, calor humano y equino. Joaquín y Arete, son dos seres unidos para su mayor cuidado.
Once meses después están con ellos: Bruma e Irupe, una potrilla y un potrillo, sanitos, la pradera brilla en nuevo firmamento, la caballeriza luce heno en cunitas.


Julia del Prado (Perú)
04 de mayo del 2010, Huacho

miércoles, 9 de junio de 2010

La paz de la paloma* (Para leer y comentar)

















Es paz la paz de la paloma?
Pablo Neruda


P or los que conservan la fe a pesar del frío, el hambre y abandono.

A hora es momento de elevar oraciones, derramar amor sobre su ser.

Z urcir la rotura del Mundo sanando con arte y esfuerzo, su dolor.

(Así es la paz de la paloma)


Any Carmona

*Del libro Neruda y yo

viernes, 4 de junio de 2010

Peces de colores (Dedicado a Caty Zentner)

En el mar de los sueños
hay peces de todos colores.
Los hay azules como tus ojos.
Verdes como los paisajes
que anhelamos capturar.
Amarillos que pintan las tibias arenas
sobre nuestros cuerpos.
Blancos como esa pureza
escapada de los cuentos.
Rosados como las notas
que dan música a mi mente
y finalmente rojos,
al igual que los corazones
latiendo en el presente.
En este presente tangible
porque es la única realidad.
¡Bravo!
Hay risueños pececitos de colores
en este tiempo de esperanza.


ANY CARMONA

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