El libro es nuestro amigo

El libro es nuestro amigo
El libro es nuestro amigo. Cuando un niño o un adolescente leen tiene la posibilidad de asomarse a mundos inusitados

El valor de las letras

Cuando un niño o un adolescente lee, vuela con su imaginación al infinito. Las letras nos hacen cabalgar sobre mundos extraordinarios, ser princesas entre castillos de ensueño, héroes salvadores de la humanidad o alegres saltamontes rodeados de mariposas y ráfagas de brisas primaverales. Podemos elevarnos con la quilla de algún barco pirata, saltar de una nave hacia el espacio sideral o cruzar la puerta de la realidad hacia sitios fantásticos. La literatura es magia para nuestra primera infancia tanto como aventura en la adolescencia o pasión en la juventud. Los cuentos, poemas y relatos son las alas del alma.

¡Como Alicia en el País de las Maravillas...pasemos juntos del otro lado!


Any Carmona

jueves, 3 de febrero de 2011

Minicuentos para niños pequeños

Tom, el perro Maltés


El perro lanudo saltó sobre la verja. Fue al ver que su amita llegaba luego de estar ausente un tiempo muy largo. Saltó con cierta pesadez pues su pelaje espumoso, blanco, recién lavado y peinado, hacía dificultoso el salto. Se esforzó tomando carrera unos cuantos metros atrás. Envalentonado por su amor incomparable hacia ella, un amor gigante que abarcaba toda su existencia, tomó aliento, se posicionó y se largó en veloz carrera. Un, dos, tres, cuatro y…¡arriba!...Saltó la verja mientras la sonrisa de su dueña llenaba de sol la vida de Tom, el Maltés de la casa de enfrente que ahora se regodeaba en lamer con su gran lengua rosada y babosa, esas mejillas regordetas que le retribuían con el mismo amor.
- He regresado por ti, amigo…¡jajaja! – gritó la niña – Pero basta ya…¡jajaja!... ¡Que me haces cosquillas!
- ¡Guau, guau, guau! - Contestó Tom.
Y nunca más se volvieron a separar.


El ratoncito picarón


El gato entró corriendo. Corre que te corre detrás del ratón. Ese ratón molestoso que siempre jugaba a las escondidas con él.
Su cuerpo tenso y sus músculos avezados daban cuenta de su destreza para la caza. Los pelos crispados, las garras preparadas, iba corriendo a toda velocidad al ratoncito que por enésima vez, desapareció de su vista.
¡Qué frustración, la del feroz gato, qué risa la del pícaro ratón!


Un ejemplo de araña


La ranita croaba en el medio del estanque. Abría su boca muy grande y decía: ¡Croac, croac, croac! Sus amigas las chicharras no se quedaban atrás. Desde el borde de unas ramas les contestaban: ¡Cric, cric, cric! Y más allá las libélulas desplegaban sus alas de tul, haciendo vuelos rasantes y molestando a las ranas.
Pero en una esquina había una arañita que colgaba desde su tela y muy simpática decía:
- En este charco yo soy la única reina.
- ¿Ah, si? – le contestó la ranita – ¿Y por qué?
- Pues porque soy la única que trabaja mientras ustedes haraganean. Se la pasan cantando, volando y no hacen nada productivo, en cambio yo… - Fanfarroneaba la araña.
- ¿Y qué ganancia sacarás con eso? – Dijo una libélula.
- Con mi ejemplo de trabajo, abnegación y coraje seré la única que con el tiempo, sea digna de gobernar a todos los seres vivos del estanque.
Y todos los bichitos se quedaron pensando.


ANY CARMONA

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